La turmalina negra es la piedra protectora por excelencia. Absorbe las energías densas y las dirige hacia la tierra para ser transmutadas. Se recomienda utilizarla en su forma natural de cristalización y en posición vertical.
Actúa como un escudo protector repeliendo y bloqueando las malas intenciones de otras personas, así como las energías negativas (tanto las que provienen de nosotros mismos como las que provienen de fuentes externas).
Tiene la capacidad de transmutar las energías negativas en energías positivas, logrando mantener alejados de nuestra vida el mal humor, la ansiedad y la ira. Se cree que el poder de la turmalina reside en la forma de sus estrías paralelas, las que transforman las energías densas e incrementan la vibración.
La turmalina negra también tiene ciertas propiedades curativas: ayuda a superar los miedos, ayuda a liberar bloqueos mentales y ayuda a aliviar el stress y la ansiedad.
Además nos protege neutralizando las radiaciones electromagnéticas emitidas por los dispositivos electrónicos. Puedes colocarla cerca de estos dispositivos o llevar alguna joya para mitigar la exposición a las ondas electromagnéticas.
Estas características convierten a la turmalina negra en un mineral muy utilizado en espacios donde se hacen terapias, curas y sanaciones. También en lugares donde se quiere mantener el ambiente energéticamente limpio.
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